Asignatura pendiente: educar
Vivir lo que enseñamos es el mejor método para educar: ser modelo
Aunque la época escolar quede lejos para muchos es fácil recordar aquellas asignaturas que nos llevaron de cabeza.Una nota injusta, a nuestro parecer, un suspenso que nos amargaba el verano. El tiempo ha transcurrido para, incluso, algunos ya somos padres.A pesar de haber dejado la escuela, seguimos en ella. Los profesores: nuestros hijos. La asignatura: nuestro ejemplo. Ellos, nuestros hijos, nos evalúan continuamente. Cierto es que a veces su criterio está basado en sus sentimientos y no en una realidad objetiva. Aún a pesar de ello, no exentos de una carga de razón.Se dice que las palabras se las lleva el viento. Ynuestros hijos, en no pocas ocasiones, las ven marchar. Nuestra forma de vivir, nuestras acciones, nuestros comportamientos suenan más fuertes que las palabras. Y, si somos sinceros, dichos comportamientos no van en coherencia con nuestras palabras. Necesitamos reorientar nuestros comportamientos para reconducir a nuestros hijos por sendas adecuadas para su crecimiento y desarrollo. No podemos pretender corregir sus malos hábitos alimenticios, ni animarles a hacer deporte si nosotros, los que nos llamamos adultos, abusamos de ciertos alimentos, tenemos sobrepeso, consumimos alcohol, fumamos o tenemos ciertas adicciones perjudiciales para la salud.
Educar significa conducir así, hablaríamos de educación sin fruto, palabras huecas, incoherentes con nuestra forma de vida. A las puertas de un nuevo año sería saludable realizar una lista de aquellos hábitos que están rompiendo la armonía familiar, social y laboral. Tomar consciencia de ellos, tomar decisiones y crear nuevos hábitos. La conducta está fundada sobre hábitos (mentales, higiénicos, de relación, etc..) si queremos mejorar nuestra calidad de vida no nos queda otra alternativa que modificar nuestras conductas y acciones. No olvidemos que nuestros congéneres son grandes imitadores. Su primer espejo, su primero modelo: sus padres
Proverbio africano: Para educar a un niño hace falta toda una tribu