Aplicaciones prácticas del Coaching
En ocasiones, no siempre, no nos afecta tanto lo que comemos, sino lo que “nos come”. A través de una conversación dinámica con el jugador o cliente de Coaching, podemos ayudarle a conocer más sobre su cuerpo, su lenguaje y conducirle hacia una toma de consciencia de las posibles causas de sus trastornos digestivos, por supuesto una vez realizadas las pruebas por su médico y descartadas las patologías.
Algunas sencillas palabras en forma de pregunta , cuando surja el momento adecuado en el momento del proceso, pueden ser suficientes para revelar su estado. ¿Qué sientes?¿Cuándo? ¿En qué lugares?¿En qué momentos?¿Te ha sucedido antes? ¿ Qué sucedió antes? ¿Cuál era tu estado?…
Se abre un diálogo interno cuando el cliente o paciente toma consciencia de que la misma comida le cae bien o mal, dependiendo de con quién está comiendo, o en qué lugar o tiempo se encuentra (en casa, de vacaciones, trabajando), o qué estaba viendo o pensando en el momento que estaba comiendo.
Cuando tomamos consciencia (darnos cuenta de que nos damos cuenta) de que en compañía de ciertas personas, o simplemente pensando en ellas, o trayendo a memoria momentos de ruptura o tristeza, nos cae mal la comida nos lleva a algunos planteamientos: ¿hay algo que me irrita o altera de esa persona? ¿queda algún asunto pendiente con ella?¿ Hay cosas que aún no he resuelto? ¿He asimilado ese fracaso?
Los jugos y los tiempos digestivos varían según nuestro estado emocional. Todos los días digerimos emocionalmente, ya sea conversaciones con los demás o pensamientos que acuden a nuestra cabeza. No resolver los conflictos puede conducir a “indigestiones emocionales” que se traducirán a través del tiempo en trastornos funcionales.
La pregunta adecuada será un espejo revelador, ayudando al jugador a “hacerse cargo” de su responsabilidad, a la toma de decisiones y a conducirle hacia el equilibrio físico, mental y emocional. Recordar que pensar bien también forma parte de la salud.
El cuerpo siendo uno, está compuesto de múltiples miembros, sistemas, órganos, tejidos…, todos ellos unidos a través de complejos y maravillosos sistemas (nervioso, hormonal, endocrino). Los órganos, los tejidos, las células, también “siente”. Es sabido la íntima relación entre la mente y el cuerpo. Conocer el funcionamiento neurológico nos aporta múltiples herramientas para realizar una sesión de Coaching con más efectividad. Nos ayuda a considerar y a dar importancia a las palabras, los pensamientos y las acciones. Como todos sabemos “Coaching” implica cambios, avance, crecimiento. La toma de consciencia: el primer paso.