Consejos prácticos para mejorar la memorias de las personas mayores
Cuando hablamos de ejercicio casi siempre lo asociamos al cuerpo, pero no sólo nuestro cuerpo tiene que estar en movimiento sino también nuestra mente. La memoria, los pensamientos, los recuerdos deben de ser ejercitados. Los músculos tienen la capacidad de contraerse, de estirarse, de adaptarse, pero si no se usan se atrofian, perdiendo su función , menguando por tanto nuestra calidad de movimiento. Usemos ese ejemplo para entender el funcionamiento de nuestra memoria. El ejercicio mental es muy beneficioso.
El Dr. Antonio García Trujillo, neurólogo y director del centro Mente nos propone en los siguientes párrafos varias formas de ejercitar nuestra memoria. “La mayoría de los fallos de memoria son el resultado de una falta de atención: las personas mayores necesitan prestar más atención a lo que hacen.
Para mejorar esta atención debemos estar más en lo que hacemos y solo realizamos una actividad cada vez. Nos podemos ayudar describiendo los pasos de cada actividad; Ejemplo: voy a la habitación a buscar las gafas, saco mis llaves, abro la puerta y las dejo como siempre en el llavero de la pared.- Nunca cambie el orden de las cosas.
Mejoremos nuestra organización mediante un calendario (o agenda) donde anotaremos y vigilaremos diariamente nuestra programación, una libreta de bolsillo donde iremos anotando todo lo que no cabe en nuestra memoria (nos esforzaremos antes de consultarla) y un reloj avisador para controlar mejor el tiempo (ya sea de apagar el fuego de la cocina o de tomar un fármaco).
Las imágenes nos ayudan a recordar: cuando rememoramos acontecimientos del pasado solemos hacerlo a través de imágenes o escenas, por ello ejercitando la descripción de objetos por ejemplo con los ojos cerrados describir los objetos de una habitación y describir situaciones como si fueran películas (ejemplo: contarse todo lo que hizo ayer, describir situaciones a los familiares, etc…) Siempre añadiendo el máximo de detalles para que la imagen sea lo más clara posible.
Para recordar los nombres que con tanta facilidad se olvidan, relacionar el nombre con otros datos, como puede ser asociado al de un conocido o famoso;
Ejemplo: Felipe como el príncipe o Pedro como mi vecino, con sus rasgos faciales. Ejemplo: Pedro es calvo, con su profesión, etc.Puede ser útil recorrer el alfabeto iniciando por nombres que empiecen con la “A” y seguir así con el resto de las letras del abecedario. Para no perder el hilo de la conversación debemos participar activamente dejando de lado nuestras preocupaciones: Preocuparnos más por los que nos rodean y mantenernos informados”.
Algo importante, no espera a llegar a la vejez para practicar estos ejercicios. Hoy, ahora, es el momento para ejercitarla y mañana disfrutar de los beneficios de una buena memoria.